La Asamblea Nacional Constituyente, que inició sus sesiones en 1846,
lo nombró Secretario General. Fue Secretario del presidente Roca y
ocupó cargos legislativos como Diputado y Senador, siendo, además Jefe
de Estado Civil y Militar en Guayaquil.
Entre el 17 de julio de 1851 y el 17 de julio de 1852, fue designado
Jefe Supremo de Guayaquil, En esta época, fue precursor en la abolición
de la esclavitud, con indemnización a los amos, el 25 de julio de 1851,
fecha en que dictó el Decreto de Manumisión, por ser contraria la
esclavitud, a las instituciones republicanas.
Asumió la Presidencia, primero interina, hasta el 6 de septiembre de
1852, y luego definitiva, tras convocar una Asamblea Nacional presidida
por el Dr. Pedro Moncayo, que legitimó su poder, hasta el 15 de octubre
de 1856.
Protegió y realizó concesiones a la población aborigen, entre las
cuales los eximía del pago de tributos. Durante su interinato, debió
afrontar que Flores planeara una invasión con apoyo peruano, y la
oposición de los grupos conservadores, a su gobierno netamente liberal.
Durante su gestión se produjo la expulsión de los jesuitas.
Puso a cargo del estado la instrucción primaria, privatizando el resto
de los niveles..La educación superior y universitaria, se convirtió casi
en informal, y sin requisitos de asistencia, pudiendo rendirse los
exámenes en forma libre.
Impulsó las exportaciones mediante exenciones arancelarias, sobre
todo de cacao y cascarilla, imprescindibles para elaborar quinina,
remedio utilizado contra el paludismo.
Declaró la navegabilidad libre del río Amazonas, consolidó los
intereses de la deuda externa con Inglaterra, a través de la emisión de
bonos públicos y concesión de tierras para colonizar.
Para sostener sus reformas revolucionarias, realizó inversiones en el ejército, contando principalmente con el apoyo de los “tauras” (así se llamaba el lugar donde recibían instrucción militar) los negros a quienes había concedido la libertad, que se convirtieron en sus más fieles defensores.
Para sostener sus reformas revolucionarias, realizó inversiones en el ejército, contando principalmente con el apoyo de los “tauras” (así se llamaba el lugar donde recibían instrucción militar) los negros a quienes había concedido la libertad, que se convirtieron en sus más fieles defensores.
Durante el mandato de Robles, le brindó apoyo durante la crisis que
le tocó atravesar en 1858. Debió exiliarse en Perú un año más tarde,
cuando Robles fue derrocado por García Moreno. Se opuso al gobierno de
este último, apoyando a Juan Montalvo y a Eloy Alfaro. El 26 de junio de
1865, las tropas al mando de García Moreno, lo vencieron en la batalla
de Jambelí.
En el año 1875, fue asesinado García Moreno, y ante ese hecho
encabezó un alzamiento por el cual asumió el mando Ignacio de
Veintimilla, reservándose para sí la presidencia de la Asamblea
Constituyente, entre los años 1878 y 1882. Ese último año, Veintimilla,
cometió un hecho que lo distanció de Urbina: se proclamó Jefe Supremo,
lo que lo convirtió a los ojos de su antiguo aliado político, en un
anti-republicano. Ese fue el fin de la vida pública de Urbina.
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